Maoni vs Andrea
1 cuerpo | 2 almas
Entre mantras, reggaetón y rock, nace una personalidad extrovertidamente introvertida con ganas de explorar el mundo (especialmente el interno), sin ataduras ni jaulas mentales.
Mi historia
Me convertí en un alma inconscientemente consciente que no le tiene miedo al cambio. Aprendí que no hay fracasos, sino aprendizajes, y a tan corta edad he luchado contra viento y marea para confiar y defender lo que dice mi corazón.
Me casé a los 23 años con un hombre, padre joven de 2 hijos de 2 madres diferentes, convirtiéndome en madrastra con tan solo 10 años de diferencia con el hijo mayor (solo imagina el momento de contarle esto a mis padres, jaja). He creado más de mil empresas en mi mente y llevado a cabo varias, empezando desde el colegio cuando vender dulces en los descansos fue mi primera empresa y con la cual conseguí mi primer BlackBerry.
Una de las preguntas más difíciles de responder antes era "¿En qué trabajas?" Me convertí en una multitasking que llegué a tener más de 5 trabajos diferentes, que día a día debía responder por ellos, manejando marcas y clientes diferentes con estrategias diferentes.
Era directora de marketing, community manager de varias marcas, asesora de estrategias creativas, administradora de productos de una marca, rentaba apartamentos y lo que se apareciera. Y al momento de responder ¿quién era? realmente era de todo y al final no era nada. Nada con lo cual me identificaría, nada que me movierá, ya que todo iba en dirección a ganar más y más dinero #sobrevivir.
He viajado y vivido en diferentes países, donde he conocido a quienes hoy son mi familia. Después de tener un buen salario, trabajo estable, apartamento equipado a medida y buenas relaciones en la farándula colombiana, convencí a mi esposo de emigrar a España, renunciando a mis 7 años de experiencia en marketing para dedicarme a sanar corazones, conocer mi ser, ver mensajes de mis guías en números, pajaritos, animales y cartas, enamorarme de los cuencos tibetanos y creer en la energía del universo. Después de una llamada para cancelar el contrato de nuestro apartamento, vendimos todo en cuestión de una tarde, mientras familiares y conocidos se llevaban nuestras pertenencias como pan caliente, resumiendo nuestra vida en un par de maletas.
Para completar el pastel, los cambios no solo fueron para mí. Al tomar estas decisiones, mi esposo pasó de ser gerente en una empresa reconocida en Colombia a artista con ganas de comerse el mundo con su música, y yo me convertí en su manager y fan número 1.
Pasar de tener una vida resuelta a venir a otro país sin trabajo, pero aún así rechazar ofertas de marketing, tener meses donde las lentejas son el platillo estrella de tu cocina y perder derechos como ciudadana, teniendo que mover fichas y jugar al abogado para poder habitar en un nuevo país, es solo una pequeña parte de lo que me ha enseñado a desapegarme de los resultados, confiar en la vida, sentir y vivir cada segundo a la vez.
y ahora...
¿Qué o quién es Maoni?
¿Te ha pasado que siempre has querido hacer algo, pero por diferentes circunstancias de la vida siempre lo dejas pasar?
¿Te has puesto a pensar cómo te ves en 5, 10, 20 o 30 años?
¿Estás haciendo lo que soñaste o lo que la vida simplemente te ofreció?
Estas y muchas preguntas más empezaron a dar vueltas en mi cabeza al inicio de la pandemia Covid-19, donde más de 5 meses de encierro te cambian la vida por completo, donde te das cuenta de que la vida es corta y si no es hoy, puede que no sea nunca.
La palabra "Maoni" nace en una de las tantas horas que pasé sentada frente al computador, creando nuevas palabras inspiradas en Hawái (¿por qué Hawái? La respuesta es simple: porque sí), en busca de iniciar un nuevo negocio que me sacara de deudas (en algún momento fueron exfoliantes, mats de yoga, termos, ropa cómoda e incluso hasta medias). Ninguno de esos negocios salió adelante, ¿por qué? Simplemente porque todas esas ideas solo buscaban un resultado material: dinero.
El nombre "Maoni" estaba esperando a que YO despertara y encontrara el verdadero significado de su nacimiento.
Hoy, esa palabra para mí es como un hijo y significa el estado donde quiero vivir. Es una forma de ver la vida donde los pensamientos se callan y empiezo a sentir.
Es un espacio donde puedo conectarme, moverme y ser yo sin prejuicios, sin temerle al cambio y desapegándome de los resultados. Es el lugar donde dejo de ser teoría y comienzo a ser sentimiento.